Hay pocas combinaciones tan logradas como el cerdo y la manzana, de hecho, en los dibujos animados ambientados en la época medieval y en las películas de la misma temática, en los banquetes salen los cerdos asados con manzana en la boca.
Dicho esto, cuando éramos pequeños (mi hermana y yo) en casa mi madre, nos hacia un plato de «lomo de cerdo con manzana frita en mantequilla» el cual era día festivo cuando había manzana frita y que yo relacioné con un plato de cocina tradicional menorquina, pero ella me explicó que fueron unos conocidos belgas de mis abuelos quien en una comida les sirvieron esta combinación y ella nos lo reproducia en casa, recordando ese momento.
Pues bien, en su «honor» saqué al comedor del restaurante un plato de similar comibinación, no era lomo de cerdo, era un cochinillo deshuesado, cocinado a baja temperatura y marcado por la piel para dar ese punto crujiente al plato. Este es el punto que le da la chispa. La guarnición no fue otra que un puré de manzana frita en mantequilla, un puré fino, sedoso y con el dulzor justo que aporta la manzana, acabado con un punto de licor de manzanas verdes.
Redondeando este plato elaboramos un jugo de cerdo untuoso acabado también con una cucharadita de café de licor de manzana en crudo al final de la elaboración de la salsa (justo antes de servir)
JOAN BAGUR 